Llega Un punto en la vida de todo hombre o mujer en donde es necesario demostrar alguna habilidad en la cocina. Así sea la de comer. Este punto mayormente se manifiesta en el transcurso de una relación amorosa que se torna seria. Ya sea para impresionar a nuestra pareja, o a los padres de el o ella, o tal vez para motivarlos a tomar el siguiente paso….Las chicas saben de que hablo ;)
Es indudable que muchos han ido a la fama por situaciones no muy positivas que digamos, en cuanto a nuestro esfuerzo culinario se refiere. Al final de cuentas es un momento de ansiedad, disfrutes o no de la cocina. Recuerdo tener varias de estas catástrofes culinarias; la vez que hice un pie de pecan que quedó tan duro que cuando mi invitado fue a morderlo no pudo y se le cayo de regreso al plato y lo rompió. Recuerdo cuando hice un bizcocho que quedó tan esponjoso que era imposible de masticar, parecía chicle. Y ni hablar de la vez que olvide cocinar unas salchichas y las serví crudas. Pero también recuerdo momentos heroicos, como en medio de preparar una importante cena para varios invitados de mi familia se nos termino el gas propano y termine de cocinar toda la cena en ollas eléctricas y microondas.
En oda a todas estas circunstancias considero que la cena perfecta para la cita perfecta sea quién se a nuestro invitado o invitados, debe de ser algo simple, que nos permita relajarnos en el medio de ella. Al final de cuentas no importa cuan deliciosa este la comida si no pueden ver al anfitrión para agradecerle. Por otro lado, esta comida debe evocar sentido de confort y bienestar; y lamento decirlo queridos fan de la cocina, mientras mas simple mejor!!! He leído en una revista de mujeres que la comida más popular en cuanto confort es pollo horneado con papas. Así que te invito a tratar mi receta para una noche inolvidable, libre de estrés y con tiempo suficiente para enfocarte en otros detalles
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